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Blog de Alicia Elizundia

Alicia y la maravilla de la entrevista

Alicia y la maravilla de la entrevista

Este jueves 26 de abril Alicia Elizundia recibirá el título de Doctora en Ciencias de la Comunicación en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Periodista cultural y profesora universitaria: sus oyentes han contado el privilegio de tenerla en la radio por más de 25 años, y sus alumnos de Periodismo en el aula desde 2002.

Varios meses atrás, a raíz de la publicación de su libro de entrevistas Sin perder la memoria, dimos riendas a esta conversación.

¿Cómo hace Alicia para ver más allá de la apariencia de los entrevistados?
Te confieso que cuando voy a entrevistar a alguien, y sé que me falta una semana, comienzo a vivir con esa persona todo el tiempo: lo hago que se convierta en mi compañía.

Y en el acto de la entrevista, ¿cómo hace para llevar al entrevistado del yo público al yo íntimo?
Trato de que la persona se centre bien en lo que estamos hablando, de que se traslade a esa intimidad que una siempre trata de buscar en la entrevista, de que se olvide que tiene la grabadora delante de sí, y que termine haciendo confesiones que, como me han contado algunos entrevistados, no le han hecho ni a un psicólogo ni a la almohada. A una siempre le gusta que le cuenten cosas que no le hayan contado a nadie.

¿Ha sentido miedo frente algún entrevistado?
Claro, casi siempre… Siempre me sobrecoge, pero eso no me preocupa, porque un día le escuché decir a una profesora que cuando no ocurra eso ya no tendría sentido hacer una entrevista o un trabajo periodístico.

Muchas veces Alicia se autodefine como perfeccionista, pero donde pudo lucir mal o donde parece inexacta ella prefiere no retocarse ni cambiarse, prefiere ser rectificada por el entrevistado…
Sí, eso le da más naturalidad a la entrevista. También me lo dijo la profesora Miriam Rodríguez Betancourt: veo que cuando el entrevistado te rectifica tú lo dejas así. Con todo propósito, profesora —le contesté— porque el diálogo transcurrió así; eso hace más creíble la entrevista.

Muchas personas dicen que usted agrede con dulzura. ¿Qué está primero, la mujer dulce o la periodista agresiva?
Es una combinación de ambas cosas. Yo me propongo agredir pero lo hago con dulzura porque sacar las zonas oscuras de una persona no resulta grato y me puede romper la relación de empatía que tengo con mi entrevistado.

Marta Rojas definió Sin perder la memoria como un patrimonio de la cultura cubana. ¿Se siente usted dentro de ese patrimonio?

Lo que creo es que he tenido la oportunidad de conversar con esas personas que indiscutiblemente forman parte del patrimonio de la cultura de este país; y ese ha sido un privilegio que me ha dado el periodismo y el trabajo durante 25 años en esta casa grande, este palacio de la radio que es la CMHW. Si de alguna manera ellos forman parte de ese patrimonio y yo estoy revelando lo que han vivido, pues creo que por eso Marta Rojas definió así mi trabajo.

Profe, después de 25 años dedicados al periodismo, a la literatura y al magisterio, ¿qué prefiere?
Los tres son únicos para mí. Ya no podría prescindir de una cosa o la otra. Necesito seguir escribiendo libros, me encanta pararme delante de un aula y escuchar los criterios de ustedes, y por supuesto, no puedo abandonar el periodismo que es a lo que me he dedicado toda la vida.

Doctora en Ciencias de la Comunicación, periodista cultural, profesora, ¿cómo es la vida de Alicia cuando llega a su casa?
Todo eso es una gran locura. Soy una persona aparentemente calmada, lo que a veces la tormenta va por dentro.
A mí me encanta hacer vida cultural; no voy solo a las peñas porque atiendo Cultura, voy porque me gusta escuchar a las personas que hacen música en la provincia. Me encanta ir a El Mejunje, me encanta ver lo que pasa en esta ciudad, en la casa de la UNEAC, en el teatro.
En el aula casi siempre les repite a sus alumnos que a la creatividad no se le puede poner límites. ¿Ha tenido algún límite Alicia?
No, lo que no he hecho es porque no me lo he propuesto o porque razones ajenas me lo han impedido. Pero todo lo que he querido hacer y me he propuesto, con las condiciones materiales a mi alcance, lo he hecho.

¿Cuál es la entrevista que no ha podido conseguir todavía?
Hay muchas que sueño hacer… Por ejemplo, me encantaría entrevistar a Hugo Chávez. Y dicen que los sueños no se revelan para que se den, y ahora te lo he contado.

Entonces, ¿qué es más fácil: ser entrevistada o ser entrevistadora?
Para mí… ser entrevistadora. Mucho más fácil.

Fuente: Carlos Alejandro Rodríguez Martínez, estudiante de Periodismo

1 comentario

Geober Chávez -

En Portoviejo-Manabí-Ecuador TENEMOS UNA GRAN MAESTRA...Dra. Alicia Elizundia. GRACIAS INFINITAS A LA VIDA POR CONTAR CON SU PRESENCIA EN LA UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO.