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Blog de Alicia Elizundia

¡Dos millones y venciendo! Chávez arrasa en Twitter

¡Dos millones y venciendo! Chávez arrasa en Twitter

El presidente venezolano Hugo Chávez arribó a los 2 millones de seguidores en su cuenta @chavezcandanga, siendo el segundo Jefe de Estado más seguido en el mundo -el primero es Barack Obama, con 6 millones de seguidores- y el primero en Latinoamérica a través de la red social Twitter.

Ysmel Serrano, coordinador de la Sala Chávez Candanga, comentó que la cuenta recibe aproximadamente 11.000 mensajes diarios y suma un promedio de 5.900 nuevos seguidores al día.

La información que llega a la cuenta @chavezcandanga es clasificada y procesada por un equipo conformado para tal fin. “Una parte de los mensajes son solicitudes y otras son manifestaciones de apoyo”, precisó Serrano. A través de su cuenta en Twitter el Presidente escribe hace anuncios, infoma sobre sus decisiones, envía felicitaciones y, de repente, hace hasta chistes.

La comunidad twittera ha decidido expresar su apoyo al presidente Chávez a través de la etiqueta #2millonesyvenciendo, para impulsar la lista de seguidores del Primer Mandatario Nacional.

(Con información de AVN)

SIN PERDER LA MEMORIA

(Palabras del poeta y periodista santaclareño Yamil Díaz  durante la presentación del libro que fuera premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara)

 

Un día de 1862, un excelente narrador inglés se empeñó en que la pequeña Alicia —la que cayó por un pozo y descubrió el País de las Maravillas— cruzara, además, a través del espejo. Del otro lado se abría un reino muy extraño, donde las cosas estaban al revés y los libros tenían los tipos impresos de derecha a izquierda.

 

Al País del Espejo entró también, en 1995, otra Alicia, Elizundia, cuyo instrumento mágico inicial era la radio. Durante cuatro años, en su programa Frente al espejo, muchos entrevistados dieron el salto no menos riesgoso de su yo público a su yo íntimo y quedaron como desnudos ante la audiencia. Pero el espejo de nuestra Alicia resultó un poco más mágico que el de Lewis Carroll, puesto que aquí, más bien, las cosas se ponían al derecho.

 

De esa experiencia periodística nació en parte lo que ahora es un intenso libro, escrito entre 1995 y 2007, que obtuvo en 2010 el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara y Capiro publica bajo el título de Sin perder la memoria.

 

Ocho poetas —la mayoría de ellos ganadores de nuestro Premio Nacional de Literatura— acuden a estas páginas. Tal como avisa Marta Rojas en la nota de contracubierta: “Alicia Elizundia Ramírez nos ofrece en ocho entrevistas-testimonios, trabajadas literariamente con buen pulso y amenidad, un panorama de poesía consagrada…” Sin embargo, cuando uno lee —o, más exactamente, escucha— el texto, aquí hay poco que huela a consagración y mucho de desgarramiento, de frustración, de vidas dramáticamente humanas. “Hechos y puntos de vista diferentes —añade Marta—, sensibles, reflexivos, todo nervio y hasta todo humos, recogidos con delicadeza y a la vez profundidad, hacen de Sin perder la memoria un libro que anda ligero y firme. De hecho constituye una fuente literaria patrimonial, decididamente patrimonial…”

 

Con ese paso ligero y a la vez firme, de que habla Marta Rojas, la autora se aventura en el mundo privado de varios escritores. Y así como la Alicia de Carroll, a poco de entrar en el País del Espejo, se encontró con las flores parlantes, la Alicia nuestra convoca como primera entrevistada a una mujer: Lina de Feria. Y ya verán ustedes con cuánta naturalidad Lina se aleja de cualquier autocensura y narra acerca de sus amores lésbicos, de sus años en la cárcel, de la prolongada “parametración” a que fue sometida o de cómo se quedó en los Estados Unidos y de cómo regresó a su rinconcito de La Habana para seguir escribiendo sus poemas a mano, como siempre. Esta entrevista, por sí sola, merecía el premio que tan acertadamente le otorgaron a Alicia un año atrás Marta Rojas, Pedro de la Hoz y Alexis Castañeda.

 

Pablo Armando Fernández se ha parado también frente al espejo de la Alicia nuestra. Recuerda su primer poema, sus triunfos, sus fracasos, sus amigos... Ella pregunta de improviso: “Fidel conoce todo lo que usted ha pasado. ¿no?“ “Me imagino que sí —responde—, nunca le he preguntado, de eso nosotros no hablamos”. Y un ratico después, el apacible Pablo estalla: “si me sigues provocando, vas a fracasar”.

 

¿Cómo se las arregla esta entrevistadora para hallar un difícil equilibrio entre la famosa agresividad de una Oriana Fallaci y la suavidad femenina de una Bárbara Walters? Ese es tal vez uno de los mayores secretos de su oficio, porque, por muy mordaz que nos resulte a veces, nunca se rompe la atmósfera de plácida intimidad en que conversa con los testimoniantes. No importa que le mencione a Jesús Orta su participación en la redacción de los documentos del fatídico Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. Tampoco importa que le recuerde a Fernández Retamar los duros términos que Neruda reservó para él en un libro de memorias: Roberto se muestra más explícitamente metafórico que en sus propios poemas, y cuando Alicia lo aprieta con esta pregunta: “Usted dice que los más lo prefieren como nada. ¿Lo dice a conciencia? ¿Eso es así?”, a Roberto no le queda otra que confesar: “No, lo digo por coquetería”.

 

Y así prosigue el estallido humano de un libro como Sin perder la memoria, con personajes como Lina —quien ya ha pasado por varios ingresos en psiquiátricos—; un Indio Naborí que olvidó haberse mudado y regresó a la casa vieja; una Carilda que se autodefine como “trastornada”, y un Retamar que, contra toda apariencia, sufre agudas crisis depresivas y lo que él llama “una cierta inestabilidad psíquica”. Con estos personajes uno no puede menos que recordar el célebre parlamento del gato de Cheshire en un pasaje de Alicia en el país de las maravillas: “Todos estamos locos”.

 

En esta fiesta de la sinceridad, Naborí se muestra a gusto con su poesía de tribuna; Excilia con su defensa del acervo cultural afrocubano, Augier con la librería de su central, y Carilda con su condición de mujer “amorosa”, que no erótica, es decir: con su leyenda.

 

En un libro como este, que tiene la sabiduría de andar a tientas entre locura y cordura, puede ocurrir que el esposo de una entrevistada interrumpa el diálogo en el mejor momento para opinar: “Ese verso es una mierda”, o que César —el siempre lúcido César López— nos cuente un poco de la verdad del caso Padilla y nos advierta que un mundo peor también es posible.

 

Alicia Elizundia ha preguntado a seis de sus ocho entrevistados sobre los años grises en que siniestros personajes —con el beneplácito del Estado— se pavonearon sobre el enorme territorio de nuestra cultura. Parece una obsesión de ella el reclamo constante a la reescritura objetiva, todavía pendiente, de dicha página dentro de la historia oficial.

 

Sin perder la memoria hace un aporte al acto de constante escritura y reescritura de la nación, necesidad perenne de la nación misma, pero no solo por la indudable calidad de sus entrevistados, sino también por la tozudez con que Alicia, la nuestra, suele ser humildemente certera. Ella salva palabras que pudieron esfumarse en el éter. Nos hace mínimas presentaciones de sus entrevistados, porque ellos mismos se presentarán de la mejor manera cuando respondan las preguntas —y así parece haber trasladado a la entrevista el principio de la pirámide invertida, tan caro al género de la información—. Ella no dice una palabra de más, pero tampoco de menos; sabe ser delicada y a la vez incisiva. Nunca se borra, ni tampoco se roba el primer plano. No retoca las partes en que pudo lucir mal: admite ser rectificada por el Otro, el que suelta su alma ante el espejo. Ella nos ha regalado un texto donde resulta imposible hallar un solo párrafo aburrido, porque ha tenido el arte de la precisión y la habilidad necesaria para mostrarnos la variopinta diversidad humana de los poetas de Cuba.

 

Sin perder la memoria se suma ya el currículo groseramente enorme de su autora. Allí la Alicia nuestra, la escritora Alicia Elizundia, nos convida a un impresionante viaje que comienza en el País del Espejo pero culmina, de algún modo, en el País de las Maravillas.

 

Yamil Díaz

12 de julio de 2011

 

 

LA CASA DE LOS ROJAS EN REMEDIOS

LA CASA DE LOS ROJAS EN REMEDIOS

Hace unos días estuve de visita en Remedios y varias personas me hablaron de la situación de deterioro que presenta una casa del siglo XVIII que perteneció a una de las familias más notables de la Villa, edificación ubicada en la céntrica calle de  Gonzalo de Quesada esquina a Pi y Margall.

Los techos de armaduras de influencia hispanomúdejar de esta casa, junto a los de la Iglesia de San Juan de Bautista en Remedios, están considerados como los más relevantes de este estilo dentro del repertorio doméstico y religioso, respectivamente, de la aquitectura colonial cubana, me afirmó el arquitecto Reynando Mendoza Valdivia especialista de la oficina de monumentos y sitios históricos de la ciudad remediana.

Según la Dra. Alicia García Santana, en su libro Las primeras villas de Cuba (2008) la factura y decoración de los de techos de armaduras de la casa de los Rojas, muy semejante al de la Iglesia Mayor,  han sido calificados como “la más esplendida armadura de par y nudillo construída para una vivienda cubana”.

A pesar de ello, desde hace varios años un notable deterioro y el eminente peligro de perderla se ha ido apoderando de esta casa que ya sufrió el derrumbe parcial de su habitación esquinera en el 2007, apuntó el arquitecto Reynaldo Mendoza.

Actualmente cinco familias habitan esta casa, subdividida y sobreexplotada, sin embargo a pesar de ello mantiene  sus puertas originales y el techo de armadura de su aposento principal conserva en la coloración natural de la madera, decoraciones pictóricas con motivos naturales, en el que se reproducen además escenas de la vida cotidiana de aquella época.

Finalmente me  argumentó el especialista de  la oficina de monumentos y sitios históricos en Remedios, el arquitecto Reynaldo Mendoza que ojalá la antigua casa de los Rojas no engrose la lista de los valiosos edificios de esa Villa perdidos para siempre como el legendario Palomar, el antiguo ayuntamiento y más recientemente la antigua reparadora de calzados.

Cabría preguntarnos entonces, ¿Sería justo perder esta casa del siglo XVIII con un notable valor artístico, arquitectónico y testimonial?

¿Faltan recursos financieros y materiales, o falta establecer adecuadamente prioridades para administrar los recursos con un enfoque sensible para con la historia y el patrimonio?

Como varios remedianos, pienso que por su valor monumental, la casa de los Rojas está aún a tiempo de ser salvada.

Luis Cabrera Delgado y el retorno constante a la niñez

Luis Cabrera Delgado y el retorno constante a la niñez

Casi todos, cuando fuimos niños, quisimos tener como amigo a un escritor. Quizás como no pude conocer a ninguno y mucho menos decir que fuera mi amigo de verdad,  cuando hace más de veinte años conocí a Luis Cabrera Delgado en uno de los pasillos de la Emisora CMHW, lugar donde trabajaba,  pronto comencé a admirarlo.

Entonces, usaba una atractiva melena, como la que suelen llevar los escritores, pero lo que más me cautivaba de él eran sus palabras locuaces y su sinceridad.  Hoy  presumo de decir que cuento entre mis amigos a este hombre que, desde hace mucho tiempo, se divierte escribiendo para los niños.

Yo creo que no he salido de la niñez, lo que pasa es que para guardar la forma uno tiene que comportarse como un adulto,  si no me llevan para el psiquiátrico y me ingresan.  Pero cuando yo estoy solo en mi casa y nadie me está viendo yo soy un niño, juego, retozo y la literatura  me sirve mucho para divertirme.

Así me confesó un día en una de las entrevistas. Pero yo les aseguro que el retorno a su niñez no solo ocurre entre las paredes de su casa. Para creerlo, tendrían que haberlo visto, el día de la celebración del cumpleaños de Alicia Alonso en Santa Clara. Luis  goloseaba como un niño el enorme cake con el que homenajearon a  la prima bailarina, el que una vez concluida la función  degustamos  en pleno escenario del teatro La Caridad.   

Pienso que su capacidad de hacernos divertir, no está sólo en ese niño que aún revolotea en sus adentros, sino en la infancia feliz que vivió en su Jarahueca natal, en ese sitio  de cruce de trenes, de comerciantes de paso, de personajes, de recuerdos familiares, del cual el autor de Catalina la maga no ha podido desprenderse nunca, jamás.

Un día le comenté  que su pasión por Jarahueca y los personajes de sus cuentos me hacían encontrar ciertos puntos de coincidencia con la literatura Garcíamarquina.  Pensé que con aquella opinión le daba aún mayor legitimidad a lo que hacía. Pero pronto me respondió con su sinceridad habitual:

No eres la primera persona que me lo dices. García Márquez es García Márquez, y yo soy Luis Cabrera Delgado.

Las vivencias narradas junto a su querida Tía Julita, en ese pequeño pueblo espirituano que es Jarahueca, fueron publicadas en 1987 y puede decirse que fue la obra que le permitió cautivar a los amantes  de la literatura infantil, luego de su debut  con Antonio el pequeño mambí. 

Posteriormente, Luis nos fue entregando otros títulos como Pedrín, Carlos el titiritero, Ito, Los calamitosos, Catalina la maga, Cuentos de Jarahueca, El aparecido de la mata de mangos y Vino tinto y perejil, entre muchos otros.

Su mirada desprejuiciada y transgresora le ha permitido recrear desde una visión muy contemporánea  temas como la discapacidad, la muerte, la homosexualidad,  y la vejez.  Por ello,  el autor de ¿Dónde está la princesa? es considerado  como precursor de una poética diferente dentro del panorama literario infantil cubano.

Desde Santa Clara, ciudad que asumió como suya, y desde  la cual ha recorrido el mundo, para siempre, siempre volver, Luis Cabrera ha dado a conocer  más de una veintena de títulos que ha compartido con niños de varios países de Latinoamérica y el mundo, obra que ha sido multi premiada y publicada por diferentes sellos editoriales fuera de Cuba.

Pero su quehacer va más allá de los libros que ha escrito para niños, jóvenes y adultos. Cuando pequeño, Luis  quiso ser director de teatro, por eso ha escrito varias piezas para la escena.  Como trabajó en la radio, conoce el medio por dentro, lo que le ha permitido escribir varios guiones para diferentes programas, además de la labor que ha realizado como crítico e investigador literario. En fin, su eterno deseo de comunicar lo ha convertido en un creador versátil.

Por eso hoy, en julio como en enero, escribo  estas sentidas  palabras para el amigo escritor que hubiera querido conocer en mi infancia, para ese amigo sincero que es Luis Cabrera Delgado, el que nunca, nunca se cansa de jugar a la niñez.

Hugo Chávez regresó a Venezuela

@chavezcandanga: Aquí estoy pues, en casa y muy feliz!! Buenos días mi Venezuela Amada! Buenos días pueblo amado! Gracias Dios Mio! Es el inicio del Retorno!

Al filo de las 7:30 am (hora de Caracas, 8:00 pm en La Habana) el presidente Chávez envió a sus seguidores en Twiter el mensaje que enunciaba que había llegado a Venezuela.

Chávez regresó a Caracas en la madrugada de este lunes procedente de Cuba, donde permaneció varias semanas tras ser intervenido quirúrgicamente. El presidente cubano Raúl Castro lo despidió en el aeropuerto internacional en La Habana.

Al cierre de esta nota el presidente Chávez hablaba al pueblo venezolano a través del canal Venzolana de Televisión, y anunciaba la convocatoria para que a las 5:00 pm los venezolanos asistan al balcón del pueblo del Palacio de Miraflores.

EL ÚLTIMO ENCUENTRO CON EL MAESTRO RUBEN URRIBARRES

EL ÚLTIMO ENCUENTRO CON EL  MAESTRO RUBEN URRIBARRES

Desde su silla de ruedas y ante la fuerte ovación del público que lo aclamaba en el teatro La Caridad, le pidió a los integrantes de la Orquesta que se pusieran de pie, así se despidió para siempre del escenario uno de los más grandes de la música villaclareña, el maestro Rubén Urribarres.

Minutos después de haber concluido el  homenaje a la Orquesta de Música Moderna, agrupación que él fundara como director en 1967 y que dejó de existir en 1994, me acerqué al maestro Urribarres para que me diera sus impresiones sobre este reencuentro de la Orquesta con el público, y para mi sorpresa me dijo:

"Para mi ha sido como si tuviera treinta años, porque yo cuando fundé esta Orquesta tenía exactamente 29 años, o sea, los treinta los cumplí como director de la Orquesta, y ahora me sentí como si tuviera  29, es lo que te puedo decir.  Estoy muy contento porque el concierto quedó bien, a pesar del poco tiempo que tuvimos para ensayar."

Como siempre suele ocurrir, la muerte llega para truncar los sueños.  Y así sucedió con el maestro Urribarres, quien desde su silla de ruedas nunca dejó de trabajar, de soñar y amar la música. Esa que fue la gran pasión de su vida hasta las últimas horas.

Justamente el sábado, cuando se disponía a ofrecer un concierto en su natal Camajuaní nos dijo adiós para siempre, pero su fecunda y extensa obra queda para la eternidad en la recién revivida Orquesta de Música Moderna, en la Orquesta Sinfónica de Villa Clara, a la que le dedicara tantos y tantos años como director, y en su pequeña Orquesta de Cámara con la que trabajara hasta los últimos días.

Chávez: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos!

Chávez: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos!

Mensaje al pueblo venezolano:

“Yo espero mucho del tiempo. Su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser superiores a los pretéritos“. Simón Bolívar.

El tiempo y sus ritmos, el tiempo y sus mandatos, el tiempo y sus designios, como está señalado en el Eclesiastés, me llevan hoy a leer este comunicado a la nación venezolana y a la opinión pública internacional, muy pendientes como sé han estado de la evolución de mi salud, desde que hace varias semanas comenzó a dar muestras evidentes de deterioro.

Después de la excelente gira que hicimos por Brasil y Ecuador entre los días 5 y 7 de junio próximo pasados, llegamos a la Cuba solidaria de siempre para concluir la jornada con la revisión y firma de nuevos acuerdos de cooperación.

Confieso que desde el punto de vista de mi salud solo tenía previsto hacerme un chequeo en la rodilla izquierda, ya casi recuperada de aquella lesión de comienzos de mayo.

A lo largo de toda mi vida vine cometiendo uno de esos errores que bien pudiera caber perfectamente en aquella categoría a la que algún filósofo llamó “errores fundamentales”: descuidar la salud y, además, ser muy renuente a los chequeos y tratamientos médicos. Sin duda ¡qué error tan fundamental!, y sobre todo en un revolucionario con algunas modestas responsabilidades como las que la revolución me vino imponiendo desde hace más de 30 años.

Sin embargo, ya en La Habana, cuando caía la tarde del miércoles 8 de junio, allí estábamos de nuevo con Fidel, con aquel gigante que ya superó todos los tiempos y todos los lugares. Seguramente no fue difícil para Fidel darse cuenta de algunos malestares, que, más allá de mi rodilla izquierda, yo había venido tratando de disimular desde varias semanas atrás. Me interrogó casi como un médico, me confesé casi como un paciente, y esa misma noche todo el inmenso avance médico que la Revolución Cubana ha logrado para su pueblo, y una buena parte del mundo, fue puesto a nuestra plena disposición, iniciándose un conjunto de exámenes, de diagnósticos.

Fue así como se detectó una extraña formación en la región pélvica que ameritó una intervención quirúrgica de emergencia ante el inminente riesgo de una infección generalizada. Eso fue el sábado 11 de junio, muy temprano en la mañana, algunas horas antes del anuncio que fue leído al país y al mundo, y que ha desatado tantas manifestaciones de solidaridad que no dejan de emocionarme a cada instante.

Luego de aquella operación, que en principio logró el drenaje del absceso, comenzó un tratamiento antibiótico intensivo con una positiva evolución, que trajo una notable mejoría. Sin embargo, y a pesar de la favorable evolución general, a lo largo del proceso de drenajes y de curas, fueron apareciendo algunas sospechas de la presencia de otras formaciones celulares no detectadas hasta entonces.

Comenzó, por tanto, y de inmediato, otra serie de estudios especiales citoquímicos, citológicos, microbiológicos y de anatomía patológica que confirmaron la existencia de un tumor abscesado con presencia de células cancerígenas, lo cual hizo necesaria la realización de una segunda intervención quirúrgica que permitió la extracción total de dicho tumor.

Se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones, tras la cual he continuado evolucionando satisfactoriamente, mientras recibo los tratamientos complementarios para combatir los diversos tipos de células encontradas y así continuar por el camino de mi plena recuperación.

Mientras tanto, me he mantenido y me mantengo informado y al mando de las acciones del gobierno bolivariano, en comunicación permanente con el vicepresidente, compañero Elías Jaua y todo mi equipo de gobierno.

Agradezco infinitamente las numerosas y entusiastas demostraciones de solidaridad que he recibido del pueblo venezolano y otros pueblos hermanos, así como de Jefes de Estado y de Gobierno de numerosos países del mundo, desde la convicción de que todo ese amor, de que toda esa solidaridad constituyen la más sublime energía que impulsa e impulsará mi voluntad de vencer en esta nueva batalla que la vida nos ha puesto por delante, y de manera muy especial al pueblo cubano, a la nación cubana, a Fidel, a Raúl, a toda esta legión médica que se ha puesto al frente de esta batalla de una manera verdaderamente sublime.

Sin embargo, también he estado muy consciente de cierto grado de angustia e incertidumbre que ha estado recorriendo, a lo largo de estos días, de estas noches, el alma y el cuerpo de la nación venezolana. Creo que más allá de los intentos manipuladores de algunos sectores bien conocidos, esos sentimientos eran y son inevitables, y forman parte de la propia naturaleza humana, rodeada esta, además, por las circunstancias que la enmarcan y muchas veces la sacuden, como en este caso ocurre.

Desde el primer momento asumí todas las responsabilidades en cuanto al cuido estricto por la veracidad de las informaciones a ser trasmitidas, fundamentándome en un doble conjunto de razones: la razón médico-científica, en primer término, y, en segundo lugar, y de manera especialmente cuidada desde lo más profundo de mi alma y de mi conciencia, la razón humana, la razón amorosa, para ser más preciso, ¡la razón amorosa!

De la primera, es decir, de la razón médica, ya hemos hablado un poco. Ha sido un proceso lento y cuidadoso de aproximación y diagnóstico, de avances y descubrimientos a lo largo de varias etapas, en las cuales se vino aplicando un riguroso procedimiento científico que no aceptaba ni acepta apresuramientos ni presiones de ningún tipo. La norma suprema que sustenta esta poderosa razón es la plena verificación científica, más allá de los indicios y sospechas que vinieron apareciendo.

Y acerca de la razón amorosa, estoy obligado ahora a hablarles desde lo más hondo de mí mismo. En este instante recuerdo el 4 de febrero de aquel estruendoso año 1992. Aquel día no tuve más remedio que hablarle a Venezuela desde mi ocaso, desde un camino que yo sentía me arrastraba hacia un abismo insondable. Como desde una oscura caverna de mi alma brotó el “por ahora” y luego me hundí.

También llegan a mi memoria ahora mismo aquellas aciagas horas del 11 de abril de 2002. Entonces también le envié a mi amado pueblo venezolano aquel mensaje, escrito desde la Base Naval de Turiamo, donde estaba prisionero, Presidente derrocado y prisionero. Fue como un canto de dolor, lanzado desde el fondo de otro abismo, que sentía me tragaba en su garganta y me hundía y me hundía.

Ahora, en este nuevo momento de dificultades, y sobre todo desde que el mismo Fidel Castro en persona, el mismo del Cuartel Moncada, el mismo del Granma, el mismito de la Sierra Maestra, el gigante de siempre, vino a anunciarme la dura noticia del hallazgo cancerígeno, comencé a pedirle a mi señor Jesús, al Dios de mis padres, diría Simón Bolívar; al manto de la Virgen, diría mi madre Elena; a los espíritus de la sabana, diría Florentino Coronado; para que me concedieran la posibilidad de hablarles, no desde otro sendero abismal, no desde una oscura caverna o una noche sin estrellas. Ahora quería hablarles desde este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo. Ahora quería hablarles con el sol del amanecer que siento me ilumina. Creo que lo hemos logrado. ¡Gracias, Dios mío!

Y, finalmente, mis amados y amadas compatriotas; mis adoradas hijas e hijos; mis queridos compañeros jóvenes, niñas y niños de mi pueblo; mis valientes soldados de siempre; mis aguerridos trabajadores y trabajadoras; mis queridas mujeres patriotas; mi pueblo amado, todo y uno solo en mi corazón, les digo que el querer hablarles hoy desde mi nueva escalada hacia el retorno no tiene nada que ver ya conmigo mismo, sino con ustedes, pueblo patrio, pueblo bueno. Con ustedes no quería ni quiero para nada que me acompañen por senderos que se hundan hacia abismo alguno. Les invito a que sigamos juntos escalando nuevas cumbres, que hay semerucos allá en el cerro y un canto hermoso para cantar nos sigue diciendo desde su eternidad el cantor del pueblo, nuestro querido Alí Primera.

!Vamos pues, vamos, con nuestro padre Bolívar, en vanguardia, a seguir subiendo la cima del Chimborazo!

¡Gracias Dios mío! ¡Gracias pueblo mío! ¡Gracias, vida mía!

¡Hasta la victoria siempre!

¡Nosotros venceremos!

La Habana, esta querida y heroica Habana, 30 de junio de 2011.

Desde la patria grande, les digo, desde mi corazón, desde mi alma toda, desde mi esperanza suprema, que es la de un pueblo: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos!

¡Muchas gracias! ¡Hasta el retorno!

VIONAIKA MARTINEZ, CONCIERTO HOMENAJE POR LOS CINCUENTA AÑOS DE LA UNEAC

VIONAIKA MARTINEZ, CONCIERTO HOMENAJE POR LOS CINCUENTA AÑOS DE LA UNEAC

Durante más de una hora, Vionaika Martínez y su grupo atraparon la atención del público que se dio cita en la casa de los artistas y escritores villaclareños para celebrar los cincuenta años de la fundación de la UNEAC y de las palabras a los intelectuales pronunciadas por Fidel,
Vionaika, quien lleva diecisiete años de entrega a la música como profesional, interpretó temas antológicos de la música tradicional cubana y latinoamericana, así como de representantes de la Nueva Trova.
La destacada intérprete se presentó con su grupo, el que ahora exhibe un nuevo formato, integrado por la bajista Merlín Chaviano, única fundadora del proyecto inicial; el clarinetista Alejandro Yera, también director del trío Raptus; el joven pianista Juan Manuel Campos, quien funge además, como arreglista del grupo y sorprendió al auditorio como cantante; y Juan Enrique Martínez en la percusión.
Momento significativo dentro del concierto fue la interpretación de temas de la música tradicional venezolana en la voz de Vionaika, acompañada del trío santaclareño Alter Ego que dirige Diego Santiago.
No pudieron faltar piezas ya imprescindibles en el repertorio de Vionaika como Es caprichoso el azar de Joan Manuel Serrat, y Sabor Salado del coterráneo Diego Gutiérrez, así como piezas del repertorio tradicional con un toque de contemporaneidad.
Este es el primer gran concierto que ofrece la vocalista con el actual formato del grupo, con el que ha logrado una magnífica fusión. En hora buena pues, para Vionaika y para el público que se marchó de la casona de la UNEAC dándole las gracias por la noche que nos regaló.